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miércoles, 15 de junio de 2011

DIARIO DE INVESTIGACIÓN DE TALOC



Siéntate. Ponte cómodo. Permíteme hablarte sobre la Tribu Reian y Taloc, el Elim de la Luz.

No hace mucho, los Reians no sabían nada sobre la existencia de Taloc. Pero ahora, hemos sido bendecidos con su amistad y de él hemos adquirido muchos conocimientos y habilidades que nos ayudan a defendernos de los Balaur.

El destino de mi pueblo está ligado a Taloc. Esta es nuestra historia y ahora te la voy a contar.

En primer lugar, permíteme presentarme. Mi nombre es Stephano. Nací hace muchos ciclos, pero aquellos tiempos eran diferentes a los de hoy en día. Nací con un talento poco común, tengo el don de conversar con todos los seres vivos.

Sí, incluso los animales y plantas. Lo sé, es difícil de creer. Mi familia y mis amigos no se lo creyeron, y después de un incidente desagradable, aprendí a no mencionarlo a los demás.

Me aparté de la gente, tenía un don y lo guardaba para mí. Solo lo usaba para conversar con mis amigos de la naturaleza cuando no había nadie más cerca.



Así fue como me enteré de Taloc. Yo estaba conversando con una flor de Aria a las afueras de mi pueblo, cuando oí unos murmullos entre una flor Dionae y una luciérnaga “Sparkle”.

"Vamos a pedir ayuda a Taloc”, dijo la Sparkle. "Taloc sigue la voluntad de Aion."

Yo las podía oír con claridad, pero sus palabras no tenían sentido.

Me acerqué a ellas y les pregunté quién era Taloc y cómo podía ser él un seguidor de Aion en Balaurea. Se sorprendieron mucho cuando les hablé, pero me aceptaron con bastante rapidez. (Mucho más rápido que mi propia familia!)

Después de un argumento corto entre ellas y yo, decidieron que era seguro que me dirigiera a Taloc. Al fin y al cabo me ven luchar contra los Balaur, así que sabía que no era un simpatizante Balaur.

Fue entonces cuando me enteré de que Taloc es un Elim que vive en los bosques al sur de la Fortaleza Ilusión, de Inggison; que, con la bendición de Aion, protege a las criaturas de Gelkmaros.

Las criaturas del bosque nunca me habían mentido, por lo que creí su historia. La noticia de un protector de la bendición de Aion llamado Taloc era crucial y traté de contársela a mis compañeros Reian.



Bueno, fue fácil adivinar lo que pensaron de mí. Me miraron como si fuese un loco y hubiese sufrido un lavado de cerebro por los Balaur.

Después de esa reacción, yo sabía que las palabras nunca serían suficientes para convencerlos, así que decidí ir a buscar a Taloc y traer de vuelta una prueba de su existencia. Esa misma noche, cogí algunos suministros que pensé que necesitaría y me dirigí al bosque.

El camino que tuve que recorrer por esta parte de Inggison no llega a un día de caminata. Rara vez había salido fuera de la seguridad de la Fortaleza de la Ilusión, así que fue toda una aventura para mí.

De una belleza impresionante. Incluso a veces el corazón dejaba de latir por el peligro. Todo estaba lleno de muchos restos ocultos de la antigua y gloriosa Atreia.



Cuando por fin llegué me presenté a Taloc, él se mostró cauteloso ante mí. ¿Y quién puede culparle? ¿Quién no iba a desconfiar de un Daeva que llega inesperadamente y que puede hablar con las plantas y los animales?

Estaba paciente. Me quedé cerca. Le contesté todas sus preguntas y me respondió algunas mías. Así, lentamente y con el paso del tiempo, empecé a ganar su confianza.

Una vez que se sintió cómodo conmigo, me contó su historia. Taloc fue originalmente un árbol medio normal. De mediana edad, y con sus raíces firmes excavando el corazón de Inggison.

Durante el Cataclismo, un gran fragmento de la Torre de Aion hecho pedazos perforó el suelo cerca de sus raíces.

Sus raíces crecieron alrededor de todo el fragmento, y así nuevos sentidos, pensamientos y entendimientos florecieron en Taloc. Despertó con el mundo y se llenó con el conocimiento que Aion le deseó para salvaguardar todas las criaturas de Aether de Gelkmaros.

Taloc le explicó también que sus raíces y ramas ahora pueden sentir hasta el menor flujo de Aether en los límites de Inggison.

Con su recién descubierta afinidad sobre el Aether, llamó a toda la energía Aethérica, invitando a todas las criaturas a que vinieran y se reunieran cerca de él para su protección.

Hasta el momento, ha tenido que ir con cuidado para pasar desapercibido por los Balaur, desde que se vieron atrapados en Balaurea tras el Cataclismo.

Cuando Taloc terminó su historia dejó escapar un largo suspiro.

Sentí una inmensa sensación de alivio, sabiendo que Aion todavía existía en Balaurea... seguido por un intenso sentimiento de pérdida por todo lo que Aion debió haber sido cuando la torre seguía en pie.

Estuve un tiempo, sorprendido por estas dos emociones contradictorias. Entonces empecé a entender mi lugar en los planes de Aion.

Fue un reto conseguir que mis compañeros emprendiesen un viaje para ver a Taloc. Pero no había alternativas. Sabía que era la voluntad de Aion. Así que haría lo posible para cumplirla.

Una vez que conocieron a Taloc, comenzaron a desarrollar un vínculo profundo. Un vínculo que ha ido creciendo más y más fuerte con el tiempo.

El Aether en Gelkmaros es muy limitado ahora. Taloc no puede permitirse el lujo de desperdiciar la protección para proteger a aquellos que aún podemos defendernos, como nosotros.

Al final, hemos confiado en nuestros jóvenes y nuestros ancianos el cuidado de Taloc y de su protección. Y aquellos de nosotros que eran lo suficientemente fuertes para defendernos, nos fuimos a viajar por toda Inggison y difundir la palabra de Aion. Los fuertes estamos alentados y los débiles los enviamos a Taloc para que sean protegidos.

Yo también saldré en breve, a un futuro incierto. El sonido de los Guerreros del Escuadrón de búsqueda Balaur, se ha oído cerca de bosque Taloc y cada vez hay más informes de una ola inmensa de fanáticos que quieren aprovecharse de él.

Actuaremos lo mejor que podamos y espero que los poderes de Taloc sigan siendo fuertes hasta que la guerra haya terminado y estemos todos a salvo.

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